Tuesday 25 March 2014

¡Ya basta de ser una chayota!, aprende a decir que no.

Andrés López, humorista, y mucha otras cosas más, colombiano, habló sobre las guayabas, de por qué es una fruta de transición, para describir como la sociedad se estropeó por culpa su generación.  Los padres estrictos de antes les ensañaron a sus hijos cómo ser personas útiles para la sociedad, qué normas cumplir.  Pero algo ocurrió en el camino y estos hijos fallaron en pasar esa crianza a la siguiente generación.  Lo que produjo, inevitablemente que la sociedad decayera.  Sin embargo, ahora los niños de la generación Y, como el mismo Andrés la llama, crecieron mirando mundo, viendo cosas, aprendiendo muchas más cosas: la tecnología, distintas culturas, religiones, sexualidades: Diversidad.  ¿Y por qué empecé con las guayabas?  Porque muchos Y, somos Chayotas.

Sí. Chayotas. La chayota es una fruta que se usa ampliamente como hortaliza.  Se usa como lo que no es.  Ok.  Se le come en sopas, ensaladas, guisados, además en jugos, compotas, mermeladas, tartas.  Se come la raíz de la planta como si fuera yuca, de hecho se dice que las papas fritas que vienen congeladas en bolsas, son chayota.  Y por si fuera poco, las hojas de la planta se hierven y se hacen en té, infusiones o ungüentos, porque la bendita chayota además de alimentar, cura cosas.  La multitasking chayota.

Y muchos somos chayotas.  Porque viene la tía, que sabe que eres ingeniero, y te pide que le arregles la plancha sólo porque el título ese que cuelga en la pared más oculta de la casa dice Ingeniero.  Igual es la tía, y le arreglas la plancha.  Y viene el amigo que baja porno a mil y te pide que le arregles la máquina que ya no anda, y tú vas y la arreglas.  Claro le intercambias los nicks a las novias que tiene en el Smartphone y ya tuviste tu pago, porque además tienes que hacerlo gratis!!!  Y en el trabajo también. Siempre faltará algo por hacer, pero te dirán que tú eres súper inteligente y capaz y una cadena de habilidades que ni sabías que tenías hasta ese momento y luego ya no más, para convencerte que no hay alguien mejor que tú para elaborar una tarea que nadie quiere hacer. Y tú, la haces.

Los amigos y la familia te escriben y te piden ir a mil sitios que no te gustan y hacer mil cosas que no te gustan y sólo por quedar bien, lo haces.  Y la excusa es: “es que es mejor así que ponerme a discutir por qué no quiero hacerlo”.  Y te comprometes hasta la coronilla y cuándo te pregunto si leíste el libro que querías, o viste la película que estaba en cartelera y esperaste por varios meses o si te has comido los helados del café nuevo que querías visitar, dices que no, que no te ha dado tiempo.  Algunas veces, puedes decir que no, de hecho todas las que quieras, puedes decir que no.  No necesitas que te aprueben, para eso estás vos.  Tú aprobación es la que cuenta.  Los demás sólo deben disfrutar tu compañía.  Asertividad: saber decir que no.  ¡Ya deja de ser una Chayota! Aprende a decir que no.

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